Agustín Pío Barrios (1885-1944) es el más renombrado compositor que ha dado el Paraguay.
Sus obras son parte del repertorio universal de la guitarra culta y es considerado uno de los mejores compositores para ese instrumento.

Sin embargo, confinar a Barrios al pequeño mundo de la música clásica para guitarra es, a mi entender, minimizar el legado de este gran músico.

Creo que Agustín Barrios no fue sólo un gran compositor de obras para guitarra culta, sino que fue simplemente un gran compositor.

Sus composiciones magistrales van mucho más allá de las posibilidades o limitaciones de la guitarra o cualquier otro instrumento y trascienden las fronteras estilísticas, tanto clásicas como folclóricas.

El objetivo de este disco no es interpretar a Barrios, sino crecer a partir de él, tomando algunos conceptos e ideas de sus piezas y dejándolas florecer en contextos estilísticos e instrumentales distintos a los que cultivó Mangoré.

Intento expresar, a través de otras armonías, otra instrumentación y
otra forma de hacer música, las impresiones que me causa la música
de Barrios y las emociones que genera.

Este disco es, entonces, una forma personal de rendir homenaje a un
músico creativo e innovador.

------

Este disco fue grabado en el estudio “Félix Pérez Cardozo” de la Radio Nacional del Paraguay, el cual fue diseñado por técnicos japoneses a principios de los noventa. Lamentablemente, bajo la irresponsabilidad de las administraciones de la época, los
equipos –donados por el gobierno japonés- fueron
desapareciendo misteriosamente o averiándose, y la sala
cayendo en desuso y llenándose de humedad.
Dos semanas antes de la grabación, fui invitado a una
conferencia en ese salón para un debate. Me asombró el lugar y propuse a Judith Vera, actual directora de la radio, grabar este
material allí. Judith logró acondicionar la sala en tiempo record para que, junto a Alejo, pudiéramos montar un estudio de
grabación.
Alquilamos equipos, conseguimos micrófonos y armamos un
estudio con alta tecnología pero con un concepto antiguo:
la grabación sería en vivo, sin separar acústicamente los
instrumentos y no habría posibilidad alguna de corrección de lo que tocáramos. Los temas tendrían que salir en una sola toma y
cualquier error quedaría registrado -y eternizado- en el disco.
Siendo una agrupación de siete músicos tocando música de
altísimo riesgo (como la versión de La Catedral – Allegro
Solemne en 5/4 y medio), la grabación fue un gran desafío para los músicos, los productores y para mí como director y
responsable del proyecto.
Aquí les dejo estos temas, instantáneas sonoras de una
grabación real y espontánea, que constituye el primer material
discográfico producido en este maravilloso estudio.

Germán Lema - diciembre de 2010